En moto por el Cerrato Palentino: tesoros arquitectónicos con aroma a vino

23 Mar 2018

Rodar por esta comarca es un auténtico placer para los sentidos

  • Salpicada de bellos pueblos, arquitectura popular, paisajes impresionantes y buenos vinos. Una grata aventura para cualquier motorista.
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Si tuviéramos que destacar tres elementos de la comarca del Cerrato, sin duda serían la piedra con la que se levanta su original arquitectura popular; el vasto páramo que conforma su paisaje de contrastes en tonalidad ocre y el vino; elixir de gran personalidad bajo la Denominación de Origen Arlanza. Desde Palencia Turismo estamos completamente convencidos de que rodar por el Cerrato palentino es una aventura inolvidable. ¿Te subes a la moto y nos acompañas?

Los dos itinerarios que proponemos para conocer en profundidad esta legendaria tierra seguirán los pasos de personajes como Recesvinto, los Reyes Católicos, Carlos V o José Bonaparte y serán tu máquina del tiempo particular. Nuestra primera ruta parte de Baños de Cerrato, concretamente de la más preciada joya del arte visigótico de la provincia de Palencia, la Basílica de San Juan. Desde allí nos ajustaremos el casco y pondremos rumbo a Venta de Baños a través de un esbelto puente de piedra que atraviesa el Pisuerga.

Ligada históricamente al ferrocarril, la localidad venteña está cerca del espléndido Monasterio Cisterciense conocido popularmente como “La Trapa”. Junto a este edificio de rectas líneas se acopla una coqueta iglesia románica del siglo XI, de la cual te aseguramos quedarás prendado. Aprovechando la tradición chocolatera  del lugar y el frío de la época, no puedes irte sin probar una taza de esta dulce e irresistible tentación.

Continuamos nuestro camino rumbo a la señorial Dueñas. A través de sus tranquilas calles, disfrutaremos de rincones tan bellos como las sugerentes ruinas del Palacio de los Buendía o la Iglesia de Santa María. Ten en cuenta que sería imperdonable no apearse de la moto y disfrutar de su cultura del vino que aquí adquiere la denominación Cigales. El mejor lugar para hacerlo es, sin duda alguna, en las históricas bodegas de Remigio Salas donde sus naves subterráneas y su caldo Las Luceras conquistarán tu paladar.

Continuamos nuestra ruta dirección Cevico de la Torre. Allí nos espera la originalidad del chozo del pastor, popularmente conocido como “El Dragón”. Un peculiar conjunto, típico de la arquitectura popular de la zona, compuesto de tres corralizas y tres cabañas de planta circular que nos recordará al tholos micénico y a la construcción megalítica del dolmen del Romenal.

Nuestro camino sigue por la P-110 dirección Vertavillo; un bello conjunto medieval coronado por un majestuoso rollo de justicia. Un agradable paseo donde podremos inmortalizar una preciosa panorámica de los cerros y valles del Cerrato. Tomamos ahora la PP-1121, para dirigirnos a nuestro último tramo de ruta, el que une Castrillo de Onielo con Baltanás. ¡Ojo! No pierdas detalle del paisaje, si pestañeas te pierdes otra de las señas de identidad de esta tierra, el palomar.

Baltanás se convertirá en nuestro cobijo al final del día. Un lugar perfecto para ver la caída del sol mientras lo maridamos con una cata por su original Barrio de Bodegas.

EL TESORO ARTÍSTICO DEL CERRATO.- Nuestra segunda ruta arranca temprano en Astudillo, uno de los conjuntos más bellos de la zona. Sin duda en esta localidad nos aguarda un agradable paseo a través del tiempo mientras disfrutamos de la singularidad del Palacio de Pedro I, hoy Real Convento de Santa Clara, la Iglesia de Santa María o los restos del Castillo de la Mota. Pero además nos aguarda una grata sorpresa bajo tierra; las bodegas subterráneas donde el vino es el protagonista de nuevo. Ya lo avisamos, el Cerrato es tierra de vino.

Ponemos rumbo hacia Valdeolmillos por la P-405, una carretera recta que nos permitirá disfrutar del magnífico paisaje salpicado de cerros y valles. Esta localidad atesora un original templo románico, San Juan Bautista, al que el paso del tiempo y de estilos le han aportado una belleza inconmensurable. Pero no dejamos de lado la arquitectura popular. Antes de ponerte el casco visitaremos las antiguas Yeseras excavadas en los bordes del páramo, un rincón curioso desde el que tendremos un paisaje de postal.

De camino nos queda Villamediana, una villa medieval que aún conserva uno de sus accesos a intramuros, donde podremos maravillarnos de la original Ermita –Humilladero de La Esclavina. Nos ponemos en marcha de nuevo y nos dirigimos a Torquemada, otro lugar para disfrutar de los buenos caldos. Los 25 ojos de un sólido puente medieval permitieron a Carlos V cruzar el Pisuerga en su ruta hacia Yuste; ahora seremos nosotros quienes lo cruzaremos para admirar la bella Ermita de Santa Cruz o la monumental Ermita de Valdesalce.

El camino va llegando a su fin, pero aún podemos disfrutar de los últimos kilómetros de carretera. Cordovilla la Real o Quintana del Puente bien merecen una parada antes de apearnos en nuestro destino final: Palenzuela. Uno de los mejores conjuntos artísticos del Cerrato, son obligadas las visitas a las ruinas del  Castillo, así como disfrutar de un agradable paseo por los rincones cercanos a la Plaza Mayor o el magnífico entorno natural que rodea la Ermita de Nuestra Señora de Allende el Río.

Aunque la vuelta siempre cuesta, estas tierras dejan huella. Estamos seguros de que no podrás evitar mirar el retrovisor para echar un último vistazo a esta joya natural palentina: el Cerrato. 

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