Frómista: arte, historia y experiencias en un cruce de caminos

25 May 2018

Historia, arte, cultura, naturaleza, museos, gastronomía... Frómista se convierte en un destino ideal para conocer en familia

  • La localidad palentina de Frómista es parada obligada para el peregrino que realiza el Camino de Santiago, y punto estratégico donde se encuentra con el Canal de Castilla, para formar un encave “casi sagrado”, en palabras del escritor y experto en experiencias en esta tierra, Raúl Guerra Garrido. "En España fe y razón siempre se han cruzado de mala manera, pero en Frómista  la unión tiene un carácter casi mágico por la comunión de ambas ideologías”. Y hace una recomendación:  “que todo el mundo, al menos una vez en la vida, se acerque allí y dedique algo de su tiempo a pensar en ello"
  • Pero la ‘Villa del Milagro’ o el pueblo de ‘El Ole’ cuyo patrón es San Telmo, ofrece al visitante una gran variedad de recursos para disfrutar. De parada obligada es la Ermita de la Virgen del Otero, que rinde culto a la patrona de la localidad; la iglesia de San Martín, considerada como uno de los edificios románicos más emblemáticos de toda Europa; la iglesia de San Pedro, el Museo Etnográfico o el montaje multimedia ‘Vestigia’ en el que a través de un recorrido por la iglesia de Santa María del Castillo se pueden descubrir los orígenes y la historia de Frómista, las leyendas más reseñables del Camino de Santiago o los tesoros que guardaba el templo. Todo ello en un municipio en el que además se puede apreciar la arquitectura tradicional de Tierra de Campos, basada en el barro y la paja; o disfrutar en sus fiestas patronales de los danzantes, unbien inmaterialcuidado con esmero por los vecinos del municipio.
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Los bellos parajes de Tierra de Campos no dejan de sorprender, y por ello desde Palencia Turismo, marca de promoción turística de esta Provincia, se vuelve a recomendar una salida, un recorrido, o una estancia en esta extensa comarca palentina, para conocer más de cerca localidades como la que hoy se detalla: Frómista.

Aquí donde judíos y cristianos convivieron durante siglos, donde se mezclan pasado y presente para recrear sensaciones, viejos palomares, casas solariegas, calles, templos e iglesias, esclusas y caminos de sirga. Parada obligada para el peregrino que realiza el Camino de Santiago francés, en su encuentro con el Canal de Castilla. Un lugar casi mágico donde se unen los caminos de la espiritualidad y de la ciencia para crear un espacio cuando manos abierto a la reflexión y al equilibrio entre la fe y la razón.

SAN MARTÍN. La iglesia de San Martín es emblema de esta provincia y el monumento más importante que el legado histórico ha dejado en esta tierra, uno de los edificios románicos más emblemáticos de toda Europa y muestra de la riqueza y el arte de nuestros ancestros. Con dos torres cilíndricas, un cimborrio octogonal, y más de 300 canecillos perimetrales donde ejercitar la mirada durante horas, alberga en su interior una de las mejores colecciones de capiteles, medio centenar con temática variada en los que destacan Adán y Eva y la Adoración de los Reyes Magos. Completan el recorrido tres esculturas en el ábside central: Cristo Crucificado de finales del siglo XIII, San Martín del siglo XIV y Santiago Apóstol del siglo XVI.

VESTIGIA. Cercano está el templo de San Pedro, gótico de portada renacentista y en cuyo museo se hallan las tablas que formaban el retablo hispano-flamenco de la iglesia de Santa María del Castillo, donde bien merece garantizarse una experiencia visual, a través del montaje multimedia ‘Vestigia’. Proyecciones, pantallas panorámicas y estatuas parlantes nos explicarán la formación del Camino de Santiago, los tesoros que guardaba el templo, las leyendas y milagros en torno a esta ruta de peregrinación así como los orígenes y la historia de Frómista, provocando en nosotros sensaciones inigualables.

Junto a estos grandes atractivos monumentales requiere además una especial visita el Museo Etnográfico de Rodolfo Puebla donde encontraremos casi tres mil herramientas y utensilios de épocas pasadas que rememoran la vida rural entre los siglos XIX y XX. En él, anécdotas curiosas darán respuesta a nuestras preguntas al ser explicadas por personas que aún los vieron usar en estos lares. Una visita didáctica para el amante de la etnografía y los más pequeños cómo se trabajaba en el pasado en oficios como los de panadero, curtidor, aguador, lechero, zapatero, carpintero, maestro o herrero.

CRUCE DE CAMINOS. El Canal de Castilla muestra en Frómista una espectacularidad sin par, un conjunto de cuatro esclusas encadenadas para superar uno de los mayores desniveles que encontró esta vía fluvial en su trayecto. Junto a ellas se encuentra ubicada la Casa del Esclusero, ahora punto de información turística. Un espacio para disfrutar del ruido del agua, de alguna prueba deportiva o de inmortalizar un instante de aventura, pues son muchos los amantes de la fotografía que en este punto de encuentro hallan luces y ángulos para conseguir imágenes de efectos únicos como el reflejo de la Ermita del Otero en cuyo interior reposa la imagen de la Virgen del Otero, patrona de la villa.

Y ahí encontramos al peregrino que de Camino a Santiago de Compostela, atraviesa el cauce del agua del Canal, tras cinco kilómetros juntos, para acceder a un municipio en el que se unen las instalaciones propias del camino, albergues y espacios de descanso, fuentes y manantiales para refrescarse, a los elementos de la arquitectura tradicional de Tierra de Campos, palomares, casetas de era, colmenares o viviendas.  

Después de una visita por este bello lugar es fácil dejarse tentar por la extraordinaria oferta gastronómica palentina en cualquiera de los múltiples restaurantes que se ubican en la localidad, el lechazo asado en horno de leña, las sopas, el queso o  los dulces típicos, acompañados por el vino elaborado en las bodegas locales, son solo algunos ejemplos de la amplia oferta culinaria con que cuenta Frómista.

Pasado, presente y futuro de un municipio que se ha convertido en la actualidad en un destino turístico atractivo para todo tipo de turismo, cultural, deportivo o familiar. Prueba de ello son los 93.091 turistas que registró el pasado año su oficina de turismo. De ellos, casi 58.000 visitaron la iglesia de San Martin, convirtiéndose así junto a la Villa Romana La Olmeda en el lugar más visitado de la provincia de Palencia.

Un encuentro con el arte, la cultura, la historia, las tradiciones, el deporte y el buen yantar en un “especial” cruce de caminos, para forjar una nueva experiencia personal en esta hospitalaria provincia castellanoleonesa.

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