Ángeles Armisén apela en el 8-M a valorar las conquistas democráticas, y a profundizar en ellas, para la igualdad efectiva entre mujeres y hombres, frente a la barbarie bélica, que también impide avanzar en ese objetivo
Intervención íntegra de la presidenta de la Diputación de Palencia, Ángeles Armisén, durante la inauguración del acto institucional celebrado con motivo del 8-M, Día Internacional de la Mujer
Buenas tardes. Antes de todo y, con independencia de que la Diputación de Palencia se unirá, mañana al mediodía, a la concentración y los minutos de silencios convocados por la Federación Española de Municipios y Provincias en solidaridad con el pueblo de Ucrania, os invito a guardar ahora, de pie, un minuto de silencio para mostrar esta tarde, en este acto, esa solidaridad con Ucrania, y en especial con las mujeres ucranianas que tanto sufren por la guerra. (minuto de silencio)
Quisiera esta tarde expresar en voz alta un par de reflexiones. La primera se relaciona, precisamente, con esta guerra, con todas las guerras... para suscribir unas palabras que expresó en su autobiografía una mujer, una gran mujer, una escritora a la que la mayoría hemos leído: AGATHA CHRISTIE. Dijo la maestra de la novela policiaca en su libro de memorias que «la guerra no arregla nada; ganar una guerra es tan desastroso como perderla».
En efecto, en las guerras pierden incluso los vencedores. Y sobran ejemplos a lo largo de la historia; también en la historia de nuestro país, salpicada de conflictos bélicos, algunos entre los propios españoles: nuestras guerras civiles.
Por eso mismo, el objetivo de la paz —siempre y en todos los países, en todos los ámbitos y en todos los territorios—... la paz debe ser un objetivo esencial, una ambición irrenunciable. La guerra es lo opuesto de la civilización, lo contrario de la cultura, la negación de la dignidad humana… incluida esa igualdad efectiva de oportunidades y derechos que reclamamos en jornadas como la de hoy. La guerra impide avanzar hacia esa igualdad.
MUNDO GLOBALIZADO. La segunda reflexión es más doméstica, más pegada a nuestra provincia, aunque este mundo globalizado nos hace más interdependientes de cuanto sucede en otros rincones del planeta. Lo hemos comprobado estos últimos días. La invasión de Ucrania repercute en nuestra vida cotidiana, aunque el frente de guerra se sitúe a tres mil quinientos kilómetros de Palencia.
Esta guerra está lejos, pero también está cerca. Para lo mejor —como las muestras de altruismo ygenerosidad que ofrece la sociedad palentina—; pero también para lo peor: por eso vivimos con empatía el dolor que causa la tragedia bélica, y por eso sufrimos ya las graves consecuencias que la guerra ya está ocasionando hoy en nuestras empresas, en nuestras economías domésticas, en la inflación, o en el empleo.
Mi segunda reflexión más local quiere apelar a que, en esta circunstancia mundial, valoremos las cotas de bienestar social y económico que poseemos, los logros de nuestra democracia y, dentro de ellos, los avances en la igualdad efectiva de oportunidades y derechos, sin distinción de sexo, que vamos conquistando entre todos.
Sin duda, no estamos en una meta, ni mucho menos. Este 8-M —y no solo este 8-M, sino todos los días del año— nos ofrecen la ocasión de seguir avanzando, dan pie a continuar mejorando, a fortalecer un sistema igualitario entre mujeres y hombres en derechos, libertades y oportunidades de desarrollo personal integral. Sin perder de vista lo ya conseguido, como decía, pero sabiendo que no estamos en un punto de llegada, sino que estamos ante un proceso con tareas pendientes.
En ese sentido, cada uno de nosotros, cada palentino, desde su propio papel personal, laboral, asociativo, educativo, formativo o institucional, está llamado a esa tarea de trabajar por la igualdad efectiva entre mujeres y hombres, y contra cualquier violencia de carácter sexista... El empresario cuando contrata... el compañero de trabajo, el profesorado con su alumnado, el cliente de un comercio o un establecimiento de hostelería, la directiva o el cuerpo técnico de un club deportivo… Todos podemos, con nuestra actitud cotidiana, avanzar hacia la igualdad efectiva y en erradicar el machismo y la violencia de género... Y también, desde luego, en el ámbito familiar, que es donde principalmente nos educamos, donde inculcamos valores, donde servimos de ejemplo y espejo para las próximas generaciones.
VIOLENCIA DE GÉNERO. La Diputación de Palencia, como sabéis, aplica desde hace un año su IV Plan de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres y contra la Violencia de Género… la violencia de género, esa otra guerra doméstica,próxima, inmediata... que también nos interpela, que debemos desterrar del horizonte, porque asimismo es contraria a la civilización, a la cultura, a la dignidad humana.
Precisamente, la lucha contra la violencia de género es uno de los siete ejes, una de las siete líneas de intervención de ese IV Plan de Igualdad, que además incluye medidas de la propia política institucional, de cultura y turismo; el deporte; la economía y el empleo —fomentando la formación y el emprendimiento femeninos—, la inclusión social, y la salud y la calidad de vida de las mujeres de la provincia.
Son siete líneas de actuación, y una larga serie de objetivos y actuaciones que vamos desarrollando. Hemos puesto en marcha el 73% a lo largo de 2021, primer ejercicio completo del IV Plan de Igualdad, un año complicado, de pandemia. Pero, como decía, en estas cifras no vemos una meta, ni un punto de llegada; sino una etapa de un proceso de avance sostenido hacia una igualdad efectiva de derechos y oportunidades, y con una visión integral de las mujeres y un sentido transversal de las políticas.
Porque las mujeres, como los hombres, aspiramos no solo a un pleno desarrollo laboral,profesional o económico, sino al pleno desarrollo vital y personal, que implica muchas vertientes, como muestran y reflejan esas líneas de actuación, y como todos y todas sabemos por nuestra propia experiencia y nuestras propias y diversas aspiraciones vitales. Nada más. Muchas gracias por vuestra atención este 8-M.
