Una institución, muchos oficios, nuestra historia

28 Feb 2020

La antigua documentación del personal al servicio de la Diputación de Palencia, que conserva el Archivo de esta administración, constituye una valiosa fuente para investigar la sociedad palentina contemporánea

· Los primeros documentos están fechados a mediados del siglo XIX, cuando apenas once empleados formaban la plantilla de la institución: un secretario, cuatro oficiales, dos escribientes, dos auxiliares y dos porteros

· Un reciente estudio de la jefa de la Sección de Archivo y Biblioteca subraya que este patrimonio no solo informa de los recursos humanos de la Diputación, sino que además «arroja información de enorme alcance»

· Pilar Rodríguez afirma que este legado «es la huella de las personas que trabajaron en la institución, pero también de la sociedad palentina, con luces y sombras, durante casi dos siglos de nuestra historia reciente»

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«La documentación de personal del Archivo de la Diputación Provincial de Palencia, además de dar testimonio de la gestión y del control de sus recursos humanos, arroja una información de enorme alcance y contenido, reflejo y huella de las personas que hicieron y hacen posible la Diputación Provincial, pero además conforman una parte importante de la sociedad palentina, con sus luces y sus sombras, a lo largo de casi dos siglos de nuestra más reciente historia». Con estas palabras concluye un estudio de la jefa de la Sección de Archivo y Biblioteca de la Diputación de Palencia, Pilar Rodríguez González, en el que trata de subrayar que la abundante documentación que conserva sobre el propio personal que prestó servicio a la administración provincial constituye una valiosa fuente para investigar aspectos diversos de la sociedad palentina contemporánea, respetándose siempre la normativa actual en cuanto a protección de datos personales. «La documentación reciente permanece en el propio Departamento de Personal, por considerarse que aún está en fase de gestión, susceptible de consulta interna e inmediata en la propia oficina y lógicamente de acceso restringido conforme a la legislación vigente sobre protección de datos de carácter personal».

El trabajo, publicado recientemente en el número 110 del Boletín de información que edita cada trimestre la Biblioteca ‘Tello Téllez de Meneses’ de la Diputación de Palencia, puede consultarse —al igual que los anteriores números— en la web de la institución provincial: www.diputaciondepalencia.es/sitio/cultura/boletin-tello-tellez. Tras una introducción para situar el contexto histórico de la creación de las diputaciones provinciales —incluida la de Palencia, que «parece ser que fue la primera en constituirse», según Pilar Rodríguez—, la jefa del Archivo y Biblioteca indica que la Diputación de Palencia, para abordar todas las competencias legales que fue asumiendo a lo largo de casi dos siglos de historia, «debía disponer de una plantilla en la que habría de incorporar desde los funcionarios de administración de más alto nivel y responsabilidad —como el secretario, interventor, contador, tesorero, jefes de negociado—, además de oficiales, escribientes, auxiliares, ordenanzas… el personal técnico como directores de caminos, ingenieros, arquitectos, delineantes, peritos, capataces; hasta operarios, vigilantes, peones… más una larga lista de empleos más o menos diversos y especializados; conformando todos ellos un colectivo que fue creciendo y diversificándose».

«La temprana adscripción a las diputaciones de las atenciones de beneficencia —prosigue el estudio— supuso que estuvieran a su cargo los Establecimientos Provinciales de Beneficencia (EPB) que incorporaban asilo para ancianos, hospicio, casa de maternidad y casa cuna, atención sanitaria y hospitalaria, incluso una clínica oftalmológica, con lo que implicaba de dotación de personal específico como médicos, sanitarios, limpiadoras, lavanderas, cocineras… además de las Hermanas Hospitalarias que tuvieron a su cargo la atención general durante muchos años».

BENEFICENCIA. El trabajo pone de manifiesto que en estos establecimientos provinciales de beneficencia, (originalmente situados en un edificio hoy desaparecido de la actual Plaza de los Juzgados, llamada en su día Plaza de la Maternidad) «se desplegaban múltiples actividades en torno a los acogidos, su formación y empleo, cuidado y alimento: lavandería, carpintería, cocinas, escuelas, huertas, granja, vaquería, laboratorios… muchas de ellas dentro del mismo recinto, y que al trasladarse a nuevas dependencias en el entorno del Hospital Provincial a mediados del siglo XX, pasará a denominarse Ciudad Asistencial “San Telmo”».

Pilar Rodríguez explica que algunos trabajos se asignaban a las personas en acogida, como «recaderos, operarios, hortelanos, aprendices de talleres… con la finalidad de darles una ocupación y formación en un oficio, como en la Imprenta Provincial (linotipistas, cajistas…), carpintería, zapatería, sastrería, etc., conformando un colectivo de empleados “no formales” a los que se remuneraba con alguna compensación económica; muchos de ellos acabarán reconocidos con un empleo estable», fenómeno que también se produjo en la Maternidad.

La jefa del Archivo y Biblioteca señala que toda la documentación sobre las relaciones laborales del personal de la Diputación y de las entidades benéficas, sanitarias o educativas bajo su patrocinio directo «forman parte de los fondos del archivo y se han constituido en series documentales con una función y características similares». Eso permite disponer de un recorrido histórico por la dotación de plazas de la institución provincial, con su diversa composición de la plantilla —sujeta a numerosas modificaciones como consecuencia de los sistemas legales y políticos—, las cuestiones sindicales, las reclamaciones laborales y económicas (retribuciones, nóminas, honorarios… «con el trasfondo de las desigualdades sociales que se reflejan en las diferencias salariales, las pensiones y las jubilaciones», comenta.

La funcionaria de la Diputación palentina destaca la enorme diferencia existente entre los expedientes personales de cada uno de los trabajadores que han prestado servicio en la institución, «desde expedientes que apenas incorporan algún papel suelto hasta los más prolijos con todo tipo de documentación (…), desde los que hacen referencia a una fecha puntual, hasta los que recorren varias décadas durante las que el empleado estuvo vinculado laboralmente a la institución».

LA GUERRA CIVIL Y EL PAPEL DE LAS MUJERES. Poseen «especial interés» los expedientes personales de «muchos de los empleados de la Diputación que fueron depurados con motivo de la Guerra Civil y posterior represión por su conducta político-social, casos en los que se formalizaba un expediente conforme al decreto de la Junta de Defensa Nacional de 13 de septiembre de 1936 en Burgos, se formaba un tribunal dentro de la propia institución provincial, con un interrogatorio normalizado, aportándose pruebas y testimonios, entre los que a menudo se requería a compañeros o superiores, que en general trataban de exculpar al investigado alegando desconocimiento de prácticas políticas de izquierda y avalando el buen cumplimiento como trabajadores».

La jefa del Archivo y Biblioteca considera de interés para investigación «el papel de la mujer y su vinculación laboral como empleadas en la Diputación, que durante muchos años básicamente consistió en trabajos poco valorados, prolongación de las tareas domésticas (cocineras, lavanderas, sirvientas, limpiadoras…) o de cuidado en los establecimientos provinciales de beneficencia». Añade que un estudio de la documentación refleja la progresiva evolución social en ese sentido «hasta llegar a la actualidad, con mujeres que detentan los máximos puestos de responsabilidad en condiciones de igualdad».

Otros aspectos que desprende toda esta documentación, según la autora del estudio, son los «vicios propios de cada época» visibles en la política de personal de la Diputación, como «caciquismo, clientelismo, endogamia, nepotismo, absentismo, pluriempleo, proteccionismo político… pero también hubo muchas actuaciones cabales, con expedientes de procesos de selección impecables, donde los méritos y las pruebas selectivas demuestran la gran cualificación y exigencia profesional de sus empleados». Asimismo, los documentos reflejan la diversidad de actitudes de los trabajadores, desde malas prácticas que motivaron expedientes disciplinarios hasta ejemplos de «gran profesionalidad y entrega de muchos empleados que, muy por encima de sus estrictas competencias, con enorme generosidad, sacaron adelante actuaciones y gestiones con eficacia y prontitud, y a menudo con escasa remuneración».

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